El Monumento a Cristo Rey, situado en el antiguo «Cerro de la Horca», es una de las obras más emblemáticas de Ocaña, Norte de Santander. Desde su llegada en 1933, esta estatua de imponente tamaño y profunda carga simbólica se ha convertido en un símbolo de fe, unidad y tradición para la comunidad ocañera.
1. Historia y Creación del Monumento
La estatua de Cristo Rey, fabricada en bronce con un baño de cobre, fue elaborada por la casa Bochaca en Barcelona, España. Antes de ser enviada a Colombia, la obra fue presentada ante un público de 20,000 personas, destacándose por su detallado diseño y calidad artística. En diciembre de 1933, llegó a Ocaña en partes, transportada a través del cable de Gamarra, soportando un peso total de tres toneladas y media.
2. Detalles Arquitectónicos y Significado
Con una altura total de 18 metros, la estructura combina la estatua de 6 metros y un pedestal de 12 metros de forma octagonal, construido en ladrillo y cemento. Representa a Jesús de pie, sobre el globo terráqueo, con los brazos abiertos en señal de acogida y su mirada fija en la ciudad, simbolizando protección y bendición divina para Ocaña.
3. Inauguración y Legado
El 21 de abril de 1935, durante el Domingo de Resurrección, la estatua fue colocada en su pedestal, y el 17 de agosto del mismo año se realizó su solemne bendición. Este evento congregó a toda la comunidad, convirtiéndose en un acontecimiento histórico y espiritual. La obra fue impulsada por el sacerdote Ramón María Rosero, S.J., y tuvo un costo de once mil pesos, una cifra significativa para la época.
4. Cristo Rey en la Cultura Ocañera
Más allá de su majestuosidad, el monumento es un punto de encuentro para actividades religiosas y turísticas. Es un lugar icónico para disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad y reflexionar en un ambiente lleno de paz.
El Monumento a Cristo Rey en Ocaña es una joya histórica y cultural que combina arte, espiritualidad y el esfuerzo de una comunidad unida. Su presencia destaca no solo como una representación de fe, sino también como un testimonio de la identidad y el orgullo ocañero. Visitar este lugar es una experiencia que conecta con la historia y el alma de la región.
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